¿Cómo trabaja un psicólogx con niñxs?
- Soledad Angelino
- 11 ene 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 1 mar 2023
Breve explicación sobre qué es y cómo se interviene desde la orientación psicoanalítica.
¿Qué hacemos en el consultorio los analistas de niñxs y cómo trabajamos? es una pregunta frecuente, sobre todo en adultxs que cumplen funciones en la crianza.

En la práctica clínica se suele citar en primer lugar a los padres o adultxs que cumplen funciones en la crianza de niñxs. Es un momento donde suele surgir la pregunta por cómo se trabajará.
La tranferencia del espacio tiene doble vía: del analista con el niñx y entre analista y padres-madres.
Por ello es importante para promover la transferencia con los padres-madres, poder transmitir que si bien jugamos, el juego en este espacio es trabajo cuyo objetivo no es exclusivamente la diversión.
Suele pensarse que lxs pequeñxs vienen simplemente a divertirse jugando y esto cambia su ánimo, emociones y/o ansiedad. Sin embargo, el espacio supone un trabajo subjetivo mayor que cada pequeñx paciente debe aceptar llevar adelante.
El psicoanálisis piensa al niñx como un sujeto en constitución.
Este proceso de constitución no se vincula a la edad cronológica, sino que esta en relación a tiempos lógicos, que se localizan en un análisis a partir de la elección de elementos privilegiados, los relatos familiares y la presencia de repeteciones en el juego, entre otros indicadores.
Es así que el niñx, está en un tiempo de construcción, en el que aún no cuenta con los mismos recursos defensivos y subjetivos que un adulto. Por eso, se encuentra sujeto a ellos para poder responder a lo cotidiano, e irá separándose de a poco a lo largo de la infancia.
La adolescencia será, entonces, un tiempo de cierre de la infancia que funcionará como pasaje hacia la adultez.
Entonces, el niñx es alguien que se encuentra construyendo su mundo interno: eso que representa el mundo externo que conoce a diario. En este sentido, decimos que está en un espacio entre enunciado y enunciación: ¿Qué significa esto?
Significa que todavía no puede hacerse responsable por completo de lo que dice, porque no puede aún procesar la diferenciación entre el Yo de la enunciación del Yo del enunciado. El Yo del enunciado NO es quien lo dice, quien habla debe restarse en la oración.
Esta indiferenciación entre enunciado y enunciación Lacan la ilustra desde un ejemplo. Cuando el niñx dice: “Tengo tres hermanos. Pedro, Pablo y Yo” arma un enunciado en el que se cuenta dos veces. Él está en el sujeto de la oración (Yo tengo) y nuevamente en la serie de nombres.
Entonces, ¿cómo se trabaja si las palabras y relatos aun no pueden tomarse como un recurso completamente singular del niñx?
Como el niñx no se sostiene en la palabra recurrimos a objetos y juguetes.
Winnicott habla del objeto transicional como un elemento privilegiado en la niñez que permite cierto proceso de diferenciación. Habla del desapego de la madre o quien cumpla esa función como una operación necesaria en la infancia.
Entonces, sabemos que los juguetes son para lxs niñxs representantes de lo simbólico, cuya función es separar este campo, de lo real.
Por esto los psicoanalistas vemos en los juguetes equivalentes a significantes, es decir, a palabras y enunciados. En este sentido, los analistas nos ponemos a disposición del juego que cada niñx despliega e intervenimos en su mundo desde su mismo lenguaje: jugando.
Lic. Soledad Angelino
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